El glaucoma es una enfermedad crónica y progresiva del nervio óptico, de carácter irreversible. Puede deberse a varias causas, pero su factor de riesgo más importante es la presión intraocular (PIO) elevada.
El nervio óptico es la estructura encargada de transmitir las imágenes (en forma de los impulsos nerviosos) desde la retina al cerebro. Cuando hay un daño constatado en el nervio óptico, hablamos de Glaucoma. Cuando únicamente la PIO está elevada sin daño en el nervio óptico, hablamos de hipertensión ocular (HTO).
La PIO está determinada por el equilibrio entre la producción del humor acuoso (líquido responsable del tono ocular),y el drenaje del mismo (influyen la resistencia a la salida)
En la mayoría de los casos es el aumento de la PIO, lo que provocará el daño al nervio óptico, con la consecuente pérdida del campo visual que puede llevar incluso a la ceguera. De hecho es, la 2ª causa de ceguera en el mundo occidental y la mitad de las personas que lo padecen lo desconocen.
Existe una gran variedad de tipos de glaucoma. En términos generales, lo podemos clasificar según su origen (primario y secundario) y según la amplitud del canal de drenaje, el ángulo camerular (ángulo abierto o cerrado).
El líquido intraocular (humor acuoso) no drena lo necesario, por lo que se produce un aumento gradual de la presión intraocular, causando un daño progresivo en el nervio óptico, y una disminución de visión. Es la forma más frecuente de glaucoma, y suele afectar a ambos ojos. La pérdida de visión característicamente comienza en la periferia del campo visual, por lo que puede pasar inadvertida, y si no se trata, acaba produciendo ceguera.
El humor acuoso sufre bloqueos puntuales en su drenaje, lo cual produce aumentos agudos de la PIO. Ocurre en ojos anatómicamente predispuestos, en los que cualquier factor provoca una dilatación de la pupila que hace que se estreche el canal de drenaje del humor acuoso. Produce un dolor agudo y pulsátil en el ojo (dolor del clavo) y una pérdida de visión. Las náuseas y vómitos suelen ser frecuentes. Habitualmente ocurre en un solo ojo.
Originariamente el ojo no padecía ninguna obstrucción al drenaje, pero tras padecer una infección, inflamación, catarata… se puede interferir el drenaje del mismo, y de manera secundaria, producir un aumento de la PIO.
El glaucoma es una enfermedad ocular que suele desarrollarse lentamente y muchos de sus síntomas iniciales pueden pasar inadvertidos hasta que el daño es significativo. Sin embargo, hay varios signos a tener en cuenta que pueden indicar la presencia de glaucoma:
Dado que el glaucoma puede avanzar sin síntomas notorios al principio, es crucial realizar exámenes regulares del ojo con un oftalmólogo. Estos exámenes pueden ayudar a detectar cambios en la presión intraocular y en la salud del nervio óptico antes de que ocurra una pérdida de visión significativa.
El tratamiento del glaucoma tiene como objetivo principal reducir la presión intraocular para prevenir o minimizar el daño al nervio óptico y preservar la visión. Los enfoques de tratamiento varían según el tipo y la severidad del glaucoma, y pueden incluir medicamentos, cirugía, o una combinación de ambos. A continuación, se describen los tratamientos más comunes para el glaucoma:
Es fundamental que el tratamiento del glaucoma sea personalizado y supervisado por un oftalmólogo, ya que la progresión de la enfermedad y la respuesta al tratamiento pueden variar significativamente entre los pacientes. Además, el seguimiento regular es esencial para evaluar la efectividad del tratamiento y hacer ajustes según sea necesario.
El glaucoma no tratado puede llevar a varias complicaciones graves, tales como:
La prevención del glaucoma se basa principalmente en la detección temprana y el manejo adecuado. Esto incluye:
Los factores de riesgo para desarrollar glaucoma incluyen:
El glaucoma suele estar causado por un aumento en la presión intraocular (PIO), que daña el nervio óptico. Este aumento en la PIO puede ocurrir debido a un desequilibrio entre la producción y el drenaje del humor acuoso, el líquido transparente que llena el ojo. En el glaucoma de ángulo abierto, el drenaje del humor acuoso es insuficiente a pesar de que la vía de salida parece estar abierta. En el glaucoma de ángulo cerrado, el ángulo entre el iris y la córnea se cierra, obstruyendo el drenaje. También pueden influir factores genéticos y estructurales en el ojo.
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